martes, 30 de septiembre de 2014

Artillería contra la muralla culé

Por Raúl S. Saura


Comienza a hablarse del Barcelona de los 90 y principios de los 2000 como una escuela de entrenadores de élite. Que bajo la sombra de Cruyff, Robson y van Gaal se configuró el ideario futbolístico, ofensivo y de apoyo a la cantera de una generación casi irrepetible de técnicos. Con esto nos referimos a Guardiola, Mourinho, Laudrup, Luis Enrique, Valverde, Blanc y Lopetegui; todos (salvo el luso) cortados con el mismo cuchillo, herederos de una rica tradición futbolera de ascendencia holandesa. Esto no lo digo sólo yo, también los hechos y el fútbol practicado por sus equipos, entre lo más granado del balompié europeo, y, como suele pasar en la cumbre, allá arriba te terminas por cruzar.
El iron man ya se enfrentó al txuri urdin hace dos semanas con resultado favorable y ahora le toca hacer frente a Laurent Blanc, técnico del Paris Saint-Germain y ex-seleccionador francés. Ese es su duelo personal, pero hay mucho más que eso. 
Ambos equipos beben de la teta qatarí que les proporciona pulmón a uno y oxígeno a otro, ante el jeque toca practicar cuál es el hijo favorito y esto cada vez queda menos claro de lo que parece. La apuesta del Barcelona, mayormente centrada en canteranos, sigue dando mejores resultados, pero este PSG no puede ocultar que se ha contruído única y exclusivamente para levantar la Champions. Todo un plato gordo de competición continental en fase de grupos. A uno le va fenomenal en Liga, al otro no tanto (tiene en el Olympique de Bielsa, el equipo más goleador de Europa, a un durísimo rival) pero sólo con la Orejona se alcanza la máxima gloria y ambos equipos, uno por presente y otro por futuro, se la juegan ahora. 
El Parque de los Príncipes acoge así un duelo que comienza a fraguarse en clásico del siglo XXI, al igual que el Barcelona-Chelsea: los barceloneses y los parisinos. Y, como con los clásicos, se tiende a repetir lo mismo: antes del encuentro, Ibrahimovic ha rajado de Guardiola; Ibrahimovic causará baja esta noche...
Pese a no contar con el ariete sueco el PSG no resulta nada desdeñable para el ambicioso Barça de Luis Enrique: una defensa brasileña liderada por el capitán Thiago Silva, un centro del campo comandado por Motta y Verratti, y una delantera que, a falta del rey, queda conformada por Pastore, Lucas y Cavani previsiblemente. Ahí es nada y, más allá de ello, supone el primer enfrentamiento serio para los blaugranas de toda la temporada, el auténtico momento para demostrar la validez de la defensa. Con Ter Stegen bajo palos (curioso reparto de las competiciones) y quizás Piqué por el juego aéreo de compañero del menos suplente de todos los centrales, Mathieu, es hora de saber si sabrán bregar con semejante armatoste. Solos, con Alba y Alves de laterales, arriba los Rakitic, Busquets, Iniesta, Messi, Neymar y Munir, es hora de poner a prueba a la infranqueable zaga azulgrana.
Una prueba de fuego, una descarga de artillería contra la muralla culé. Veremos quién hace más daño.

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