Por Raúl S. Saura
Ajax y Barcelona se han definido por el mismo modelo durante muchos años. Ambos clubes cuidan la cantera, el sistema de juego (holandés, vaya) y a los jóvenes prometedores. Ambos han desarrollado un compromiso en base a ello. Ambos comparten bastantes nombres históricos como Cruyff, van Gaal, Rijkaard... o Luis Enrique y Frank De Boer. Cuando insisto en esto no es por nada, el Barcelona de los 90 se ha instituido en cantera de entrenadores con capacidad para determinar el rumbo futbolístico del continente: Guardiola, Valverde, Lopetegui... Y, como hubiera de hacer antes frente al txuri urdin o Laurent Blanc, el iron man medía sus fuerzas ante un antiguo compañero. Sacaba al toro.
Dos equipos muy unidos frente a frente, algo que hasta hace un año nunca había ocurrido en partido oficial pero ya llevamos dos años seguidos juntos en fase de grupos y el balance por el momento favorece a los blaugranas: 2 victorias y 1 derrota. Como era de esperar, los locales se impusieron pero, sorprendentemente en otro contexto, poca gente pensaba en el Ajax. Todos pensaban en el Madrid.
Por más que Luis Enrique procurara negarlo, su pasado, sus pulsiones y las declaraciones de Neymar la misma mañana lo desmentían: en Can Barça todo el mundo está pendiente del Clásico de Liga este sábado en el Santiago Bernabéu (bueno, de eso y de la retirada de la querella de Cases o la orden de ingreso en prisión del expresidente Núñez y su hijo. Temas más importantes de los que debemos dar buena cuenta, en Respiras AD tenemos pendiente nuestra proposición no de ley para alargar el día a 30 horas).
El once culé ya indicaba muchos aspectos jugosos que (quizás) dejan entrever el planteamiento de Luis Enrique para esta jornada de Liga. Ter Stegen parece asentado como cancerbero para la Champions League tras la derrota ante el Paris Saint-Germain, Bartra y Pedro cosecharon minutos 90 minutos y Mascherano continúa por segundo partido consecutivo como mediocentro tras conocerse que Busquets no ha jugado por precaución por un golpe. Ante la posibilidad de que no llegue al Clásico (como tampoco harán, presumiblemente, ni Bale, ni Jesé ni Sergio Ramos), el técnico culé ha decidido no arriesgarse y conviene que el Jefecito recupere sensaciones en esa posición. Por el momento, no lo hace nada mal, pero es que casi nunca hace nada mal. Xavi vio banquillo y esto muchos lo interpretan como su titularidad este fin de semana para liberar a Leo Messi de sus funciones en el centro del campo y mantenerlo pendiente exclusivamente de batir su récord en tierra blanca. Algo que haría muy feliz a la Pulga, pero casi que más a su entrenador.
Es decir, el Barcelona salió con un equipo suplente porque el gran rival estaba por llegar y, sin perderle los respetos a los holandeses, el Ajax no haría tanto daño como el Madrid. Pero por poco no se llevaron un susto.
En cualquier caso, el equipo blaugrana salió desde el primer momento como un ciclón aupado por unos soberbios Iniesta y Rakitic que combinaron, distribuyeron e imprimieron toda la velocidad al balón posible para aumentar peligrosidad en la zona de tres cuartos, donde les esperaba la conexión del momento. Messi y Neymar (¡por fin!) se han encontrado y la relación va viento en popa, se entienden tanto que suenan campanas de boda. Fuera de bromas, el brasileño se ha liberado de sus miedos reverenciales del principio y ya no busca al argentino; ahora se atreve, busca la jugada, decide la mejor opción y casi que es Messi quien lo busca a él. Por algo lleva un tanto más que Leo, a un ritmo de uno por partido. Por algo fue él quien abrió el marcador.
Minuto 7, el Barcelona lleva esos exactos siete minutos de juego incontrolable para un Ajax sobrepasado a todos los niveles y asiste resoplante a la conexión argentino-carioca: busca Messi a Ney, este cruza a media altura y la estirada de Cillessen queda en nada. El Barcelona dominaba y ya ganaba el encuentro y no se vino abajo.
El esférico siguió corriendo fluido ante la mirada de Ter Stegen, un simple espectador, sin que el conjunto ajaccied pudiera hacer nada por revertir la situación, por prevenir varias ocasiones por venir como un balón arriba del 10 o un palo del reaparecido Pedro más adelante. Hasta con miedo en el cuerpo vivieron los de Amsterdam el gol de Messi en el minuto 24. Recibió el argentino un gran pase en profundidad del inconmensurable Iniesta para acertar, por más que el cancerbero holandés rozara el balón. El argentino igualaba a Ronaldo como goleador en Europa, a solo dos tantos de alcanzar al legendario Raúl. Todo parecía ir perfecto y ante la gran concentración culé y la impotencia visitante, llegó el descanso aunque antes hubiera tiempo para que Iniesta intentara un slalon messiano intentando picarla sin éxito ante Cillessen que no pudo ser. Genial estuvo el de Fuentalbilla a lo largo de todo el partido, el mejor aunque las portadas se las lleven Messi y Neymar.
El segundo tiempo supuso apartar el pie del acelerador tras los arranques de las estrellas y comenzar a pensar en el Clásico. Tan importante lo pensaron que Neymar y Messi consintieron (va por Leo, claro) en ser cambiados a falta de media hora, junto con Iniesta, por Sandro, Munir y Rafinha, repectivamente. Es decir, los ojitos derecho del profe. Buena noticia verlos jugando, especialmente por el menor de los Alcántara que no lo hacía por lesión desde el insulso APOEL. Confiemos en que su suerte no sea la misma que la de su hermano y pueda coger ritmo de competición para aligerar las piernas de los mayores de cara a final de temporada. O incluso sentarlos si se lo propone.
Pero Rafinha no impone tanto como un Messi que determina el ritmo de todo el equipo y los pupilos de De Boer buscaron meter emoción en el encuentro con un tanto en el 87' de El Ghazi que lo que hizo fue meter miedo. A lo largo de la segunda parte los blaugranas se habían ido relajando, dando el trabajo por hecho y permitiéndose empezar a pensar en el Clásico, pero llegó el Ajax diciendo aquí estoy yo y podría haber acabado peor el encuentro de no ser por el tranquilizador gol de Sandro en el minuto 95 que arrancó de cuajo las esperanzas ajaccied de un tardío empate.
Este relajamiento no debe ni concebirse el sábado ante los James, Ronaldo y compañía. En un segundo los culés pueden condenarse muy seriamente allí y el propio Luis Enrique terminó el encuentro enfadado con sus jugadores. Por lo demás, la victoria sencilla ante el blando Ajax deja tres nombres propios: Messi, Neymar e Iniesta. Sumad Xavi, sumad Rakitic, Busquets/Mascherano, el imbatido Bravo. Sumad a Luis Suárez.
Ahora sólo queda pensar en el próximo partido. En la próxima victoria. Próxima parada: Santiago Bernabéu.
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